jueves, 29 de noviembre de 2007
Historia del Tenis
Es de sobra conocido que el tenis, tal como se practica hoy en día, data de finales del siglo pasado. Aparecido en 1874 con el nombre de “Sphairistike,” nombre pronto sustituido (tres años mas tarde) por el de “lawn-tennis” (tenis sobre césped,) siendo hoy su versión moderna “tenis” Difundido en el mundo entero por los ingleses, el tenis ha sido durante mucho tiempo el único deporte, junto al atletismo, que tenia las mismas reglas en todos los países, lo que facilito desde su origen los campeonatos internacionales y su gran difusión y aceptación.
Se puede entonces pensar que se trata de un deporte relativamente joven.
Pero, al iniciar las investigaciones, consultar libros y archivos, visitar museos y antiguos clubes deportivos, van apareciendo escritos y textos históricos...pinturas e ilustraciones...grabados, esculturas, demuestran que ya, desde la época de los Etruscos, se practicaba aunque de forma muy distinta, un deporte tan similar al nuestro que despierta la curiosidad e incita a recorrer el mismo camino que otros autores han recorrido ya antes.
La palabra inglesa tennis podría ser una deformación del viejo vocablo francés “tennez” palabra con la que el que sacaba en el antiguo juego del trinquete avisaban a sus adversarios y compañeros que ponían la pelota en juego.
Al entrar en todo este mundo apasionante, se descubre que existen otras maneras de contemplar el tenis. Su versión actual, el dramatismo de la competición, su extraordinaria carga económica y social, pierde importancia, a la vez que gana en tradición. Por eso el tenis, desde su verdadera perspectiva, debe considerársele como un deporte y, a la vez, como una obra de arte.
El tenis es uno de tantos juegos de pelota cuyos orígenes se pierden en la oscuridad de los tiempos.
Los juegos de pelota constituían una parte tan importante de la vida en las antiguas civilizaciones como en la época actual. En su versión más primitiva se originan en las “celebraciones religiosas de acción de gracias”.
Tras la batalla, los guerreros celebran su victoria lanzándose entre sí el objeto más preciado capturado al enemigo: su cabeza. Eventualmente, ese trofeo va a verse sustituido por objetos similares en volumen y tamaño.En los “ritos de primavera para pedir la lluvia”, se ofrecen frutos en sacrificio a los dioses de la fertilidad y, en su defecto, pequeños objetos redondos, piedras quizás, que resultaran a su vez reemplazados por la pelota. En todas estas ceremonias religiosas, es al principio el oficiando o sacerdote, el encargado de manejar los objetos de culto. Posteriormente será el pueblo quien participe directamente en ellas, y a la vez que realizan sus peticiones o sus acciones de gracias, van a verse atrapados lógicamente por el lado lucido del culto.Como no existe diversión sin competir, es natural deducir que pronto se inventan algún tipo de normas sencillas para dar a sus ejercicios alguna razón de ser. Ya han nacido los juegos de pelota, nace el tenis.
Se puede entonces pensar que se trata de un deporte relativamente joven.
Pero, al iniciar las investigaciones, consultar libros y archivos, visitar museos y antiguos clubes deportivos, van apareciendo escritos y textos históricos...pinturas e ilustraciones...grabados, esculturas, demuestran que ya, desde la época de los Etruscos, se practicaba aunque de forma muy distinta, un deporte tan similar al nuestro que despierta la curiosidad e incita a recorrer el mismo camino que otros autores han recorrido ya antes.
La palabra inglesa tennis podría ser una deformación del viejo vocablo francés “tennez” palabra con la que el que sacaba en el antiguo juego del trinquete avisaban a sus adversarios y compañeros que ponían la pelota en juego.
Al entrar en todo este mundo apasionante, se descubre que existen otras maneras de contemplar el tenis. Su versión actual, el dramatismo de la competición, su extraordinaria carga económica y social, pierde importancia, a la vez que gana en tradición. Por eso el tenis, desde su verdadera perspectiva, debe considerársele como un deporte y, a la vez, como una obra de arte.
El tenis es uno de tantos juegos de pelota cuyos orígenes se pierden en la oscuridad de los tiempos.
Los juegos de pelota constituían una parte tan importante de la vida en las antiguas civilizaciones como en la época actual. En su versión más primitiva se originan en las “celebraciones religiosas de acción de gracias”.
Tras la batalla, los guerreros celebran su victoria lanzándose entre sí el objeto más preciado capturado al enemigo: su cabeza. Eventualmente, ese trofeo va a verse sustituido por objetos similares en volumen y tamaño.En los “ritos de primavera para pedir la lluvia”, se ofrecen frutos en sacrificio a los dioses de la fertilidad y, en su defecto, pequeños objetos redondos, piedras quizás, que resultaran a su vez reemplazados por la pelota. En todas estas ceremonias religiosas, es al principio el oficiando o sacerdote, el encargado de manejar los objetos de culto. Posteriormente será el pueblo quien participe directamente en ellas, y a la vez que realizan sus peticiones o sus acciones de gracias, van a verse atrapados lógicamente por el lado lucido del culto.Como no existe diversión sin competir, es natural deducir que pronto se inventan algún tipo de normas sencillas para dar a sus ejercicios alguna razón de ser. Ya han nacido los juegos de pelota, nace el tenis.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario